La contratación con empresas externas es un paso eficaz y rentable para muchas industrias. Durante el siglo XIX, los contratos con diligencias, barcos de vapor y líneas ferroviarias proporcionaron al Departamento de Correos la capacidad de seleccionar la mejor y más rápida forma de mover el correo. A cambio, el Departamento de Correos pudo ampliar el servicio de correo rápidamente a medida que crecía la demanda. Por otro lado, los contratos con el Departamento de Correos proporcionaron subsidios financieros cruciales para estas empresas. En el siglo XX, por ejemplo, la industria de las líneas aéreas recibió financiación inicial a través de contratos de servicios de correo aéreo. Hoy en día, el alcance de la misión del Servicio Postal de EE. UU. es tan amplio que ni siquiera la mayor fuerza de trabajo civil, que utiliza el sistema de transporte civil más grande, puede manejarlo. Los contratistas continúan permitiendo flexibilidad, economía y eficiencia en ciertos servicios que el Servicio Postal de EE. UU. no podría cumplir solo.
Con contribuciones de los voluntarios de investigación