Poco antes del amanecer del 16 de septiembre de 1810, el Padre Miquel Hidalgo hizo una crucial decisión impulsiva que llevó a la sangrienta lucha de Mexico por la independencia de España. En el siglo XIX, los mexicanos estaban discutiendo la forma de rebelión contra España. El Padre Hidalgo, líder de un grupo revolucionario, escuchó que el gobierno español había ordenado su detención. En respuesta, hizo sonar la campana de la iglesia en la noche del 15 de septiembre de 1810, para llamar a su congregación a la iglesia para la misa. Cuando la gente llegó, el padre Hidalgo los exortó a la lucha. Pronunció un discurso que ahora se llama Grito de Dolores. En el cuál dijo ¡Viva México! ¡Viva la Independencia! Estas palabras famosas todavía se recuerdan y repiten en el Día de la Independencia de México.
Los Estados Unidos y México emitieron conjuntamente sellos conmemorativos con diseños similares en 1960.