Fue un encuentro breve, pero trascendental. Charles Holmes, un joven escritor de Melbourne, miró a través del vasto interior rocoso de Australia hacia el oeste de Alice Springs, ansioso por obtener fotografías para una revista de viajes recién lanzada.
Apenas perceptible en la neblina resplandeciente, escogió un magnífico ejemplo de virilidad aborigen. Desnudo y armado con una lanza y un boomerang, Gwoya Tjungurrati parecía la imagen perfecta de la cultura indígena. Holmes entró en acción y el fotógrafo de su equipo, Ray Dunstan, realizó una serie de fotografías clásicas. La mejor toma, que muestra al orgulloso cazador mirando hacia arriba y hacia la derecha, a través de la vasta extensión del interior, apareció en la portada de la revista Walkabout en 1936. Rápidamente se convirtió en un ícono del orgullo aborigen.
Los sellos australianos habían tardado extrañamente en reconocer las imágenes aborígenes. La edición de 1930 del Centenario de la exploración del río Murray incorporó modestamente un boomerang en el diseño. La edición del Centenario de Victoria de 1934 mostraba a un cazador aborigen anónimo, pero eso fue todo.
El retrato de Dunstan restableció el equilibrio cuando el diseñador Frank Manley lo usó como imagen única en un sello marrón de 8 peniques impreso en hueco emitido en agosto de 1950. Era un diseño popular, y dos años más tarde la misma imagen se usó para un sello más grande. -formato de 2 chelines, denominación de 6 peniques, impreso en marrón oscuro. La inscripción en el sello era simplemente "aborigen", pero inusualmente, el nombre del sujeto no se ocultó al público. Una vez que los entusiastas aprendieron su verdadero nombre, lo buscaron con entusiasmo.
Gwoya, o 'Jimmy' como se le conocía popularmente, era un hombre sencillo y sencillo. Cuando se le preguntaba por el precio de uno de sus boomerangs, o el cargo por un trabajo, su respuesta era invariablemente "Una libra, jefe". De alguna manera, el apodo de 'One Pound Jimmy' pareció mantenerse. Al principio se sintió halagado por el resplandor de la publicidad, pero pronto comenzó a desgastarse un poco. Jimmy desapareció de la mirada del público, afeitándose la barba para evitar ser reconocido, y desapareció en el interior. Murió en 1965, pero su imagen sigue viva como una poderosa definición de aborigen.