Los carteros siempre han sido fáciles de reconocer por sus uniformes. Pero esos uniformes azul grisáceos, ahora azules, no son las únicas prendas que componen el portaaviones. A lo largo de la historia, los empleados postales a veces han necesitado un poco más para asegurarse de sobrevivir a la nieve, la lluvia, el calor o la penumbra de la noche.