Dos mujeres estadounidenses dejaron su huella en la historia del deporte estadounidense en los Juegos Olímpicos de Verano de 1932 celebrados en Los Ángeles, California. Mildred “Babe” Didrikson Zaharias, una deportista renacentista, compitió en lanzamiento de jabalina femenino, 80 metros con vallas y salto de altura. Zaharias ganó una medalla de oro en los dos primeros eventos y una medalla de plata en el evento de salto de altura. Después de los Juegos, entre competencias en otros deportes, Zaharias comenzó a jugar en torneos de golf amateur. En 1947, fue la primera estadounidense en ganar el Campeonato Británico de Golf Femenino Aficionado y tres años más tarde, Zaharias ayudó a fundar la Asociación de Golf Profesional Femenino (LGPA). En el momento de su muerte en 1956, Babe Zaharias había logrado cincuenta y cinco victorias en torneos amateur y profesionales, incluidas tres victorias en el Abierto de Mujeres de EE. UU. Además, Zaharias recibió el premio a la Atleta Femenina del Año de Associated Press seis veces, un récord, entre 1932 y 1954.
La segunda mujer estadounidense que sobresalió en los Juegos Olímpicos de verano de 1932 fue la nadadora Helene Madison. Compitiendo en los 100 metros libres femeninos, los 400 metros libres y el relevo de 4 x 100 metros libres, Madison ganó medallas de oro y estableció récords olímpicos o mundiales en cada evento. Su dominio de la natación femenina antes de los Juegos Olímpicos de 1932 le valió el primer Premio a la Atleta Femenina del Año de Associated Press en 1931.
