Dorothea Dix (1802-1887) trabajó fervientemente por la reforma penitenciaria y para ayudar a los enfermos mentales. Llevaba 20 años enseñando cuando enfermó y viajó a Europa para recuperarse. Durante su estadía en Inglaterra, conoció a personas que trabajaban para reformar las cárceles y mejorar la atención a los enfermos mentales. En ese momento, las prisiones albergaban tanto a criminales como a enfermos mentales que no podían funcionar en la sociedad.
Al regresar a los Estados Unidos, Dorothea fue testigo de las lamentables condiciones de las prisiones en los Estados Unidos. Inmediatamente tomó medidas, reunió ropa para los reclusos, registró las condiciones en las cárceles y ayudó a varios estados a aprobar leyes para los enfermos mentales. Dorothea finalmente fundó 32 hospitales psiquiátricos y 15 escuelas para niños con problemas de aprendizaje, así como escuelas para ciegos y escuelas de enfermería.