El apoyo médico en el campo de batalla fue esencial para el éxito de las operaciones militares, ya que los médicos brindan tratamiento de emergencia a los heridos y los evacuan a lugares más seguros. Muchas mujeres han apoyado a las fuerzas armadas en tiempos de guerra como médicas y enfermeras.
Las mujeres que trabajaron como médicas durante la Segunda Guerra Mundial estaban estacionadas en Europa, el norte de África y el Pacífico y apoyaban a todas las ramas de las fuerzas armadas. Soportaron grandes penurias, hicieron sacrificios y resistieron el fuego enemigo para brindar la atención y el consuelo necesarios a los soldados heridos.