Otra famosa cantante de ópera de la década de 1930 es Marian Anderson (1897-1993). Sin embargo, a diferencia de Rosa Ponselle y Lily Pons, Anderson tuvo un comienzo difícil en su carrera debido a la discriminación y el racismo de su vida. Marian Anderson recibió una discriminación particularmente fuerte en 1939 cuando las Hijas de la Revolución Americana (DAR) no le permitieron cantar en el Salón de la Constitución de DAR porque era afroamericana. En respuesta a esta discriminación, la primera dama Eleanor Roosevelt organizó un concierto para Anderson en los escalones del Monumento a Lincoln y también renunció a su cargo en el DAR. El concierto de Anderson en el Monumento a Lincoln no solo lanzó su carrera personal, sino que también sigue siendo un hito en la historia de los derechos civiles en Estados Unidos. Después de su concierto, Anderson se convirtió en la primera cantante afroamericana en la Ópera Metropolitana y tuvo una carrera muy exitosa como cantante de ópera. Además de su carrera como cantante, Anderson también se convirtió en delegada de Estados Unidos ante las Naciones Unidas y en 1963 recibió la Medalla Presidencial de la Libertad. La comunidad musical premió a Anderson por sus contribuciones a la música de ópera otorgándole el Premio Kennedy por su trayectoria en las artes.
Mujeres en las Artes Escénicas