La aplicación inmediata de esta nueva tecnología fue la bomba atómica. Con más práctica, planificación y perfeccionamiento, los científicos de Los Alamos National Laboratories probaron la primera bomba atómica en julio de 1945. Para entonces, Alemania había sido derrotada en Europa, por lo que solo quedaban los japoneses para enfrentar esta desgarradora herramienta de destrucción. En agosto de 1945, después de repetidas advertencias e intentos fallidos de obtener la rendición, el presidente Truman ordenó el despliegue de una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Tras el lanzamiento de una segunda bomba atómica sobre Nagasaki tres días después, los japoneses se rindieron. Aunque miles sufrieron los efectos de estas dos bombas, se salvaron millones de vidas estadounidenses y japonesas al eliminar la necesidad de una invasión terrestre aliada de Japón para poner fin a la guerra.
2 de diciembre de 1942